El himno a la Verón…
El 26 de junio de 2002, antes que saliéramos de la estación de Quilmes y previo a juntarnos en asamblea para comentar como venía la mano de nuestra ida al Puente Pueyrredon (muy dura resulto después…), el soplo del aire convertido en viento o soplo del viento convertido en alma –como lo describen nuestros ancestros, a la quena– nos envolvía con su melodía entremezclándose con nosotr@s formando parte de la concentración dispuestos a enfrentar y dar pelea por nuestros reclamos.
Ese “elemento contundente” (como la nombraban en el juicio a Franchotti y Acosta queriendo usarla como prueba a favor de la cana), junto con su melodía, nos acompaña desde entonces en cada marcha, en cada piquete, en cada goma quemada, en cada denuncia y reclamo que como parte de la clase luchadora y revolucionara realizamos.
Después de ese 26 de junio esa melodía tuvo letra, tuvo denuncia, tuvo la previa –que es el lamento– para luego convertirse en grito guerrero, donde sale tu voz, tu rabia, tu bronca, grito que a la vez te unifica y multiplica.
Este es el homenaje a nuestros compañeros que reviven en cada nota musical, en cada corte, en cada lucha, en cada recital, en cada barrio, en cada bachillerato popular, en cada taller de plástica, en cada apoyo escolar, en es-cultura popular, en cada cosa….
¡No te des por vencido!, ¡ni aun vencido!
¡No sientas esclavo!, ¡ni a un esclavo!
¡Trémulo de pavor!, ¡piénsate bravo!
¡Y arremete feroz ya mal herido!
¡¡Lucha, lucha!!
¡¡Yuta trucha!!
¡¡Lucha, lucha!!
¡¡Yuta trucha y ASESINA!!
¡¡OH!!, ¡¡OH, OH!!,
¡¡OH, OH!!, ¡¡Oh, oh!!
¡¡OH!! ¡¡OH!! ¡¡OH!!
¡¡LUCHA Y ORGANIZACIÓN!!
toque de contraviento en la actividad del 25/26 en Pavon
Mariano Pacheco, presentando el Libro en el anden
Alberto Santillan PAPA DE Dario simpre nos acopaña en las actividades
.jpg)
